Me he querido centrar en estos
tres jugadores por distintos motivos, ya que llevo fijándome expresamente en
ellos. Mi conclusión es la siguiente:
-Oblak. Muchos dicen que es el mejor portero del mundo. No
será con los pies, será por reflejos y seguridad a la hora de atrapar el balón.
Hasta ahí, de acuerdo, pero será debajo de la portería, porque un día (como se
suele decir, se le va a caer el larguero encima). Echo en falta más
personalidad dentro de su área, pero en líneas generales podemos decir que es
el "bueno".
-Saúl. Este jugador (uno de mis preferidos por su empuje,
garra y entrega a los colores rojiblancos), lleva dos años con un nivel alarmante.
No sé si el hecho de jugar en tantas posiciones distintas entre selección, y
sobre todo, en el atleti donde juega hasta en tres o cuatro sitios diferentes,
le han acabado de volver loco, hastiado, desmoralizado o vaya usted a saber qué
cosa. Lo cierto es que le veo apático, triste, cansino y desilusionado. El
único jugador de la plantilla que juega todos los partidos debe de estar
fundido y pide descanso como el comer y el dormir. Seguro que si Simeone le
administra mejor los partidos volverá a ser el gran Saúl que todos queremos.
Por eso le bautizo "el feo" porque pone caras de estar disgustado, y
nada me gustaría menos que por su cabeza pensase en cambiar de aires.
-Lemar. Un burro en una cacharrería. Corre desorientado, sin
sentido, inseguro. Un jugador con velocidad, regate, buen disparo y excelente
técnica. Tan solo un físico blandito y el no entender la filosofía de juego de
Simeone (buena o mala), hace que junte un partido malo con otro peor. Aunque se
pierda dinero, lo mejor sería venderlo cuanto antes, no sea que haya que
ponerlo para que se vaya.
Por eso le digo "el malo", porque, aún no siéndolo, en el Atleti lo es.